Estamos encantado de habernos hospedado en este hotel. La anfitriona Maria José es una persona muy amable y agradable, siempre está diapuesta a ayudarte en lo que necesites y para hacerte una estancia lo mejor posible. La habitación que elegimos era muy grande al igual que el baño, con unas vistas preciosas. La decoración de las habitaciones y del hotel es muy bonita, ya no las hay así. Creo que es importante apoyar a los hoteles más pequeños como este, ya que lo merecen. Por poner algún pero, el desayuno tal vez es un poco caro para lo que es, aunque todo lo que había estaba buenísimo. Muchas gracias por todo, volveremos seguro ??

Al entrar por la puerta sorprende su decoración, es peculiar y le da un toque diferente, pero lo que más nos sorprendió fué que por 140€ nos pusieran en una habitación minúscula y mal cuidada (el papel de las paredes está todo levantado, la bañera con manchas amarillas). Además venden que tienen minibar (requisito indispensable para nosotros para guardar la insulina de mi marido) y luego resulta que tenerlo tienen pero que ninguno de ellos funciona. Al comentarlo con la propietaria nos insistía que la nevera funcionaba pero que había que darle tiempo ya que las tenia desconectadas para no gastar luz. Menos mal que llevábamos una neverita… porque a la mañana siguiente, el minibar, seguía caliente. Lamentable…

Un hotel pequeño con el encanto que se percibe en las fotos. Las camas son muy cómodas y María Jesús intenta en todo momento adaptarse a tus necesidades. El desayuno es muy rico y variado y las mérmelas casera que hace están riquísimas. Tienen productos sin gluten también y leche vegetal.

Hotel rural con buena localización y habitaciones acogedoras con decoración muy clásica. Desayuno muy caro para la bajísima calidad que ofrece (15€ por persona). Hotel especialmente caro, muy mala relación calidad/precio.

Es un hotel con muchísimo encanto en un pueblo precioso. El desayuno estupendo con unas mermeladas caseras riquísimas. María José fue super amable. Muy recomendable